septiembre 27, 2010

El duende gordinflón


No se que le pasa, realmente no se que le pasa últimamente. Desde que decidimos mudarnos juntos actúa de una forma bastante extraña. Digamos que no pasa mucho tiempo en casa, pero cuando lo hace, lleva a cabo lo que, sin ningún tipo de pudor, llamo “La invocación de media tarde”. Véanlo ustedes: todos los benditos días, exactamente desde las cuatro y media, se sienta, primero con las piernas cruzadas, como los indios y después con las piernas más cruzadas aun (como los indios con mucha elasticidad), y cierra los ojos. Todo esto lo hace frente a la mini estatua de un gordinflón de marmol que tiene en nuestra pieza. Se queda largo rato en esa posición, con los ojos cerrados y en silencio. A los quince minutos empieza la invocación misma: alza las manos, y las mueve de forma circular como indicándole a, quien sabe qué (o quizás al gordinflón mismo), que venga. Lo hace tres veces en total y vuelve al estado de pasividad. Esto se repite cada quince minutos hasta las seis menos cuarto de la tarde. Se para, le hace una suerte de reverencia al gordinflón, y se va a su clase toba, boga… (No se como se llama eso).
Cuando se va, me acerco al pequeño, lo observo y siempre igual: él, con su cara de yo no fui, sentado cual indio, con las manos apoyadas sobre su regazo; como si nada.
Yo, por las dudas, no pregunto nada; siempre le tuve miedo a esas cosas, a los fantasmas, a los extraterrestres… no vaya a ser que hay un duende mirándome fijo en mi pieza. Algún día le preguntaré a ella de que la va todo esto; por lo pronto, duermo con un ojo abierto todas las noches. Ya saben, por las dudas.

2 comentarios:

  1. SHAKA DE VIRGO!


    che, me gusta esto, me gusta!!

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  2. El duende gordinflón es el que a la noche se despierta y te saca guita de la billetera.

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