septiembre 29, 2010

Digo, ¿No?

Algunas veces en la vida,


Todos somos Emmett Brown por un rato...

septiembre 27, 2010

El duende gordinflón


No se que le pasa, realmente no se que le pasa últimamente. Desde que decidimos mudarnos juntos actúa de una forma bastante extraña. Digamos que no pasa mucho tiempo en casa, pero cuando lo hace, lleva a cabo lo que, sin ningún tipo de pudor, llamo “La invocación de media tarde”. Véanlo ustedes: todos los benditos días, exactamente desde las cuatro y media, se sienta, primero con las piernas cruzadas, como los indios y después con las piernas más cruzadas aun (como los indios con mucha elasticidad), y cierra los ojos. Todo esto lo hace frente a la mini estatua de un gordinflón de marmol que tiene en nuestra pieza. Se queda largo rato en esa posición, con los ojos cerrados y en silencio. A los quince minutos empieza la invocación misma: alza las manos, y las mueve de forma circular como indicándole a, quien sabe qué (o quizás al gordinflón mismo), que venga. Lo hace tres veces en total y vuelve al estado de pasividad. Esto se repite cada quince minutos hasta las seis menos cuarto de la tarde. Se para, le hace una suerte de reverencia al gordinflón, y se va a su clase toba, boga… (No se como se llama eso).
Cuando se va, me acerco al pequeño, lo observo y siempre igual: él, con su cara de yo no fui, sentado cual indio, con las manos apoyadas sobre su regazo; como si nada.
Yo, por las dudas, no pregunto nada; siempre le tuve miedo a esas cosas, a los fantasmas, a los extraterrestres… no vaya a ser que hay un duende mirándome fijo en mi pieza. Algún día le preguntaré a ella de que la va todo esto; por lo pronto, duermo con un ojo abierto todas las noches. Ya saben, por las dudas.

septiembre 26, 2010

Così è la Vita

Mario es un hombre de familia. Todas las mañanas se levanta y, mientras su mujer duerme, se pone su traje, se leva los dientes, se calza los zapatos, y su treinta y ocho. Saluda a sus hijos, a su jefe, y se va para el trabajo. Todos los días se va para el trabajo.
Saluda a sus compañeros y va directo a su despacho. Le traen un café, se lo toma, revisa sus expedientes. Firma lo que debe firmar, sella lo que debe sellar. Tiene junta de trabajo, pone el celular en vibrador, debate proyectos, propone cambios, discute con su jefe. Sale del trabajo, almuerza, se ensucia un poco algunos días, se cambia. Vuelve a su trabajo, ultima tareas. Se hacen las cuatro, sale de su trabajo, ultima otras tareas, se ensucia otra vez.
Vuelve a su casa, hace la tarea junto a sus hijos, juega con ellos, ríe, canta. Cenan en familia, siempre su mujer prepara abundantes platos que deja satisfechos a todos. Mira la tele, habla por teléfono, anota, ordena. Se toma un vaso de whisky, saluda a su jefe y se va a dormir. A veces hace horas extras por la noche a pedido de su jefe, es un trabajo muy demandante, piensa a veces (solo a veces).
Los fines de semana paseo con la familia o tarde de golf con los del trabajo, rutina invariable. También horas extras, aunque pocas ya que la mayoría son del trabajo mismo. Si sale con los del trabajo llega tarde, después de comer siempre. Se toma su vaso de whisky, saluda a sus hijos, le hace el amor a su mujer y se duerme.
Traje impecable, celular siempre prendido, anillos a la altura de la circunstancia. Elegancia, astucia, respeto y obediencia y amor por los propios son su norte en esta vida. “Cossa Nostra” Mario, a trabajar.
Mario es un hombre de familia.

septiembre 13, 2010

Revolución

Boom!
Y cambia todo, de a poco, cambia todo.
La rutina, la no rutina, todo.

A veces es necesario aunquen no lo sepamos.

Es asi, sentimos.